lunes, noviembre 10

Semana de Oración Por la Iglesia Perseguida

ORACIÓN POR LA IGLESIA PERSEGUIDA




Lo que la Biblia dice sobre el sufrimiento

Los cristianos van a sufrir
La Biblia deja muy claro que los cristianos van a sufrir. Algunos predicadores creen que enseñar esta verdad hará que los recién convertidos se echen atrás. Pero fijémonos que cuando Pablo viajó por Asia Menor, dijo a los recién convertidos, "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios." (Hechos 14:22). Los estaba preparando de una manera realista para el futuro, al igual que estaba explicando la situación presente.

Dios permite el sufrimiento
Como sabemos que los cristianos van a sufrir, deberíamos estar preparados para aceptar las pruebas como voluntad de Dios. Pedro lo deja bien claro en 1 Pedro 2:19, "Porque es digno de elogio, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente."

En 1 Pedro 3:17 se nos dice también que, "Si es la voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal." Más adelante, en 1 Pedro 4:19 lo resume así, "Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel Creador, y sigan practicando el bien." Pablo es un ejemplo de esto: oró tres veces para que Dios le quitara el "aguijón en la carne." Pero después se dio cuenta de que era la voluntad de Dios para él, y lo aceptó. (2 Corintios 12:7-10)

Muchos cristianos caen al llegar a este punto porque como no están seguros de estar caminando en la voluntad de Dios, tampoco saben si ese sufrimiento es la voluntad de Dios para ellos. No hace falta que nos detengamos ahora a hacer un estudio bíblico sobre conocer la voluntad de Dios. Sin embargo, sí que me gustaría que considerásemos lo siguiente: Nuestro gran Dios hace que "a los que le aman, todas las cosas les ayuden a bien..." (Romanos 8:28)

Si nos sometemos a Su voluntad de manera consciente, en ese momento Él tomará nuestras vidas y estará al control de ellas. Así, el sufrimiento y la persecución pasan también a estar en sus manos. Ningún creyente tiene que sufrir sólo o atacado por las dudas. Encomienda todo a Jehová. (Proverbios 16:3)

Sufrir bajo la voluntad de Dios tiene su propósito
Cuando decimos que nuestro sufrimiento entra dentro de la voluntad de Dios, reconocemos también que ese sufrimiento debe tener un propósito. Normalmente, la gente que está sufriendo no lo puede entender en el momento del dolor. Deben simplemente tener fe y aceptarlo como una verdad. Algunas de las razones por las que Dios permite que Su pueblo sufra y sea perseguido son las siguientes:

a) Para probar y purificar nuestra fe (1 Pedro 1:6-7; 5:10)
b) Para anular el orgullo (como le pasó a Pablo en 2 Corintios 12:7-10)
c) Para hacernos más santos (Hebreos 12:3-10)
d) Para dar ánimo a los demás (Filipenses 1:14)
e) Para llevar a cabo propósitos que ahora nos son desconocidos (1 Corintios 13:12)
f) Para que haya unidad entre nosotros (Juan 17:23). Unidad a través de la cual actuará el poder de Dios. (Hechos 2:42-47) En algunos países, entre ellos Irán, los cristianos nos cuentan que antes de la persecución estaban divididos. Sin embargo, la persecución les ha obligado a unirse, y como consecuencia su fe se ha fortalecido y la iglesia ha crecido. (Aunque no siempre sea así el testimonio en todos los pueblos o países.)
g) Para que haya más conversiones. (Hechos 8:1-4) Vez tras vez vemos un crecimiento importante de la iglesia en países donde ha habido persecución. Alguien dijo, "Si no hacemos lo que se nos manda en Hechos 1:8, ¡Dios hará que nos pase lo que pasó en Hechos 8:1!"
No deberíamos sufrir por hacer el mal

No deberíamos padecer por haber hecho lo malo. Pedro lo repite en muchas ocasiones. Jesús especifica que seremos bienaventurados si padecemos persecución por causa de la justicia y por amor a su nombre. (Mateo 5:10-11) A veces, no queremos que las autoridades controlen nuestras vidas espirituales y nos resistimos a ellas haciendo algo en contra de la ley; entonces debemos sufrir por ello, porque los gobernantes "no en vano llevan la espada." (Romanos 13:4)

Sin embargo, no debemos caer en el error de auto-infligirnos el sufrimiento. Debemos de evitar hacer que nos persigan por ser culturalmente insensibles hacia la comunidad que nos rodea, haciendo comentarios despectivos sobre otras religiones, poniendo altavoces fuera de la iglesia, realizando predicaciones amenazadoras en zonas sensibles, o usando métodos poco éticos para evangelizar. Todo lo mencionado invita al rechazo y la hostilidad hacia la iglesia y llevan a un sufrimiento innecesario.

Hay bendición cuando se sufre por hacer el bien
Esta bendición puede tomar la forma de paz interior y gozo interior. De hecho, este es el verdadero significado de la palabra "bienaventurados" o "felices" que Jesús utiliza en las bienaventuranzas. (Mateo 5:1-12) Pedro también hace referencia a la misma idea. (1 Pedro 2:19-20; 3:14; 4:14)

Santiago cuenta que las pruebas son bendiciones disfrazadas, y que deberíamos responder a ellas con gozo. (Santiago 1:2-3) Una versión moderna traduce estos versículos de la siguiente manera: "Cuando te vengan pruebas y desafíos por todos los lados, considéralos como un regalo. Ya sabes que bajo presión, tu vida de fe se ve forzada a salir a la luz y mostrarse tal como es."

El sufrimiento apunta hacia la gloria del cielo
Cuando sufrimos y somos perseguidos, nuestros corazones y mentes miran a la gloria que tendremos en el cielo. Jesús promete que los que sufren tendrán recompensa en el cielo. (Mateo 5:12)

Pablo dijo que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera (Romanos 8:17-18); y Pedro está de acuerdo (1 Pedro 1:6-7; 4:13; 5:1-10) Una canción cristiana dice lo siguiente: “Todo habrá valido la pena, cuando veamos a Jesús" (It will be worth it all, when we see Jesus.). Aquellos que hoy viven como refugiados religiosos tienen los ojos puestos en lo que será su hogar eterno.

Los que sufren siguen el ejemplo de Jesús
Cuando los cristianos sufrimos, estamos siguiendo el ejemplo de Jesús (1 Pedro 2:21-25). Su sufrimiento ya había sido anunciado (al igual que el nuestro). El mundo le rechazó (al igual que hace con nosotros). Le insultaron, azotaron y asesinaron. ¿Debemos esperar que el mundo perdido nos trate mejor?

Un pastor que había huido de China dijo en una entrevista que la Guardia Roja le había tratado "bien". Pero tenía la cara cubierta de cicatrices. Cuando le interrogaron más exhaustivamente, dijo, "Me trataron como yo esperaba; después de todo, mataron a mi Señor."

Puede haber victoria en el sufrimiento
Tenemos que convencernos de esta verdad. La clave para esta victoria es la fe. Fijémonos en Job. Él sabía que el sufrimiento por el que estaba pasando era injusto. Todo cuestionamiento y debate con sus amigos no le llevaba a una clara conclusión. Así que al final puso su esperanza (mediante la fe) en Dios. (Job 19:23-27) Luego se puso a pensar sobre la cuestión del propósito del sufrimiento en este mundo. De nuevo, no podía hallar respuesta, y lo único que pudo hacer fue someterse mediante la fe a un Dios sabio y poderoso. (Job 42:1-6)

Pedro aconsejó a aquellos que estaban sufriendo que "se encomendasen por completo" a Dios. (1 Pedro 4:19) Nuestra confianza no está puesta en un Dios que ejerce sobre nosotros Su poder de forma aleatoria o sin un propósito concreto, o por simple capricho; nuestra confianza está puesta en un Dios de amor y de propósitos claros, que promete que a los que le aman, todas las cosas les ayudan a bien. (Romanos 8:28) Con este tipo de fe, obtendremos la victoria.

Jesús nos avisó que sufriríamos, pero a la vez nos prometió la victoria. (Juan 16:33) También nos prometió un "Consolador", el Espíritu Santo. El testimonio de aquellos que sufren una fuerte persecución nos muestra la razón por la cual Jesús llama al Espíritu Santo el "Consolador". Pero recordemos que la fe tiene que crecer basada en la Palabra de Dios. Para poder reclamar las promesas de Dios en momentos de necesidad, tenemos que conocer bien las promesas que Dios nos hace en su Palabra. Si tenemos fe, podemos estar seguros de que obtendremos la victoria sobre el sufrimiento. El secreto de nuestra victoria está en aceptar la persecución, y no en la ausencia de problemas o en la presencia de prosperidad y riquezas.

En el capítulo 4 de 2 Corintios, Pablo habla de su vida en Cristo. No consiste en una experiencia de paz y armonía, de comodidad y fama, sino de rechazo, dificultades, e incluso de desesperación. Sin embargo, sale victorioso porque el tesoro eterno de Jesucristo y Su mensaje está dentro de unos vasos de barro imperfectos. Ese vaso de barro es el medio que Dios ha elegido para llevar a cabo Su victoria; cuanto antes podamos reconocer esta verdad, mejor, porque así la podremos aplicar. Cuanto antes construyamos nuestra imagen sobre ese propósito, mejor, porque así podremos convertirnos en más que vencedores. Del mismo modo, cuando empecemos a tratarnos en Cristo y no en la carne, como nuevas criaturas, es decir, vasos de barro con limitaciones hechos para llevar el tesoro de Cristo, entonces sabremos que la victoria es nuestra.

De todas estas verdades bíblicas sobre el sufrimiento, destacaremos dos de ellas como básicas para todo creyente:

1. En primer lugar, sepamos que el sufrimiento en nuestras vidas es parte de la voluntad de Dios para nosotros. Si creemos esto, podremos soportar cualquier prueba que nos venga.
2. En segundo lugar, incluso criaturas como nosotros pueden conocer la victoria sobre ese tipo de circunstancias. ¡Guarda en tu corazón estas dos ideas, y nada de lo que el enemigo te haga podrá apartarte de tu fe! ¡Recuerda en todo momento que Jesús camina con los suyos!

Extraído de 'Standing Strong through the Storm' (Manteniéndose firmes en la tormenta), manual para cristianos que se enfrentan a la persecución, Open Doors International (Puertas Abiertas Internacional). Permisos adquiridos.


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