jueves, junio 30

Carta de Noticias, Pastor Héctor Parra, Ministerio de Avance Rural.

Estimados hermanos, mi anhelo personal es que se encuentren bien, sirviendo al Señor de la obra. Cuando estamos en el mes del We Tripantu o año nuevo mapuche, quisiera decirles que este ministerio no cesa en su labor de apoyar y desafiar a la Iglesia Local, la que a pesar de sus variadas tareas, puede enfocarse también en la evangelización de los mapuches en el sur de Chile. El slogan que nos ha caracterizado todo este tiempo es: El Evangelio para cada persona, Una Iglesia para cada Comunidad, Un Pastor para cada Iglesia.

La evangelización de toda la humanidad, incluidos los mapuches. Este objetivo por excelencia, que tiene su origen en Dios, ha sido claramente entendido por muchos de nuestros hermanos de las Iglesias locales de la Región, verdaderos Misioneros Locales que van desde la ciudad a los campos; algunos de ellos ya han partido para estar en presencia del Señor, otros por su edad no pueden seguir involucrados en la obra y por supuesto, están los que aún apoyan la extensión del reino de Dios entre los mapuches actualmente; a todos ellos nos debemos quienes hemos sido alcanzados por Cristo por medio del trabajo abnegado de estos hermanos, sobre todo los que trabajaron en la década de los 70 y 80, que tuvieron que enfrentarse a la dura realidad cultural poco accesible, lo mismo que los caminos inhóspitos que tuvieron que recorrer, que no eran ripiados y a pesar de aquello, no dudaron en exponerse a los duros inviernos que cada año podemos apreciar; recuerdo a uno de ellos que por una persona y ante la negatividad de algunos hermanos pesimistas que siempre hay en la iglesia local, se antepone diciendo ¡Si ustedes se quedan, yo iré solo! Por una persona este hermano continuó proclamando el evangelio y después de 30 años hoy existe en esa comunidad una congregación emergente; él había entendido bien su responsabilidad ante la evangelización: Era parte, no de una Iglesia ensimismada; por ello aprende y entiende la obediencia al mandato de proclamar más allá del entorno de la Iglesia local. Así como este hermano, muchos más sembraron la semilla de la Palabra de Dios en los campos de esta Región, más allá de las cuatro paredes, en las comunidades o reducciones en donde había y siguen habiendo personas necesitadas, carentes de la protección y el cuidado de Dios.

Un peso adicional en el mapuche, su propia cultura. Hoy, cuando han pasado los años, los caminos están más accesibles y la educación ha mejorado, continúa siendo un desafío llegar a toda la población de mapuches, sobre todo cuando existe un fuerte llamado a volverse a las costumbres y tradiciones ancestrales; por ello, nuestra preocupación constante es capacitar a la luz de Las Sagradas Escrituras a cada uno de nuestros hermanos, ya que son ellos mismos los que están abocados a llevar el Evangelio a su propia gente, lo han entendido como su prioridad, están en esto y como ha proliferado el pensamiento mapuche de la antigüedad, deben presentar defensa de su fe muy a menudo; podemos decir entonces que el mapuche tiene un peso cultural que el común de los no mapuches no tiene. “Volver a las costumbres y tradiciones” es una frase fuertemente promovida por un sector no evangélico de la población mapuche; por ello, como Ministerio de Avance Rural decimos a nuestros hermanos: No desestimemos esto, no nos puede dar lo mismo; todo lo contrario, debemos reaccionar con audacia y anteponernos sobre la base de la experiencia de vida cristiana verdadera fundamentada en la Palabra y en la autoridad de Jesucristo.

We Tripantu, el comienzo también del invierno, un cambio regido por la luna, donde vemos los brotes de los vegetales y la reproducción de los animales. Se creía que en este nuevo período la tierra comienza a limpiarse a causa del agua enviada por Ngünechen por medio del “ngen-ko, espíritu dueño del agua”. We Tripantu, un nuevo ciclo, término del anterior con todo lo que tiene que ver con la preparación del suelo, siembras y cosechas; la naturaleza debe limpiar y preparar la tierra para otro período y así sucesivamente. Todos debían participar, ya que los adultos, los niños y toda la diversidad de los seres vivos eran beneficiados del Sol. We Tripantu es una fiesta de agradecimiento por la vida que se renueva. Se dialoga con el Sol, porque creen que el Sol está vivo, porque están contentos de que vuelva y con él sienten que los humanos vuelven a crecer. La concepción del tiempo en cada mapuche es que lo antiguo se renueva, a diferencia del occidental, lo antiguo queda atrás y sólo se puede recordar.

Queremos ver renovados los corazones de los mapuches contemporáneos, dialogando con el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por medio de la oración y siendo cada uno de ellos beneficiados por el Dios único en la guianza de su Espíritu Santo. Oremos por nuestros hermanos indígenas, para que a partir del conocimiento pleno de Dios, sean ellos mismos canales limpios para la gloria de Dios, por donde fluyan recursos divinos que satisfagan las necesidades en su propio entorno, sus propias familias, comunidad, nuestro Chile y todas las naciones.

Un saludo fraterno a todos ustedes en Cristo.

PASTOR HÉCTOR PARRA SANDOVAL

Director MAR

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Saludos y Dios le bendiga! Yo, igual que ustedes, soy cristiana y soy Aliancista. Pertenezco a la Alianza Cristiana y Misionera de Campo Alegre (Hatillo, PR). Y también nos une el hecho de que también tengo un blog cristiano. Le invito a mi humilde blog http://fervientes-en-espiritu.blogspot.com y que si tienen algo que compartir con nosotros acá en Puerto Rico, déjenmelo saber para publicarlo en el blog. Sigamos con las manos en el arado hasta que Dios no mande a llamar.