"¡Ay de mí si no predico el evangelio!" (1º Cor. 9.6). Es interesando cómo Pablo demuestra su actitud de plena preocupación y responsabilidad hacia los gentiles del Imperio Romano. Era su responsabilidad predicarles. En Romanos 1.14, también Pablo nos habla de su posición de "deudor"; pero en este sentido, el apóstol desconoce quiénes son sus acreedores, ni ellos les han dado algún bien (explico esto para entender un poco por qué nos habla de "deudor"). En este caso, extrañamente Pablo no le debe a las personas.
Sin embargo, si enfocamos el sentido de "deudor" desde la perspectiva HACIA Jesús, entenderemos muy bien qué nos quiere decir Pablo, lo explicaré así:
Pablo estaba en deuda con Jesús, y podríamos traducirlo como que es una "deuda a las personas" que Jesús quiere alcanzar con su salvación.
Es por esto, que la actitud del apóstol Pablo nos enseña que la FE EN JESÚS nos endeuda con los inconversos como su deuda con Él mismo; o sea, mi deuda con Jesús es alcanzar a los no creyentes hablandoles del amor que primero me alcanzó a mí.
No obstante, la "deuda" que tenemos, no depende de los inconversos -pues ellos no nos han dado nada (así como a Pablo)- sino que depende completamente de quién nos alcanzó con su amor: Jesús.
Sentirnos deudores del Amor que Jesús nos ha regalado, es parte del "sentido común" que cada persona debe tener cuando hemos recibido un regalo tan grande gratuítamente. ¿Acaso no me siento responsable de agradecerle de alguna manera a Jesús que me amó primero, me regaló comunión eterna con Aquiél que lo creó todo.......y todo esto GRATIS?
Sintámonos, cada uno de nosotros, deudores ante Jesús, y agradezcámosle con el noble gesto de ser su instrumento para que Él alcance a alguien más con su amor. Aquí, allá, donde él quiera usarnos: ¿Israel? ¿Guinea? ¿Traducción? ¿Base misionera? ¿DNM? ¿Urbanos? ¿Rurales? ¿Rubios o Morenos?.... Sí, ¡Donde EL quiera!.....deudores somos!
(Breve reflexión de un estudiante del Seminario Teológico)
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